OKLAHOMA CITY—Based on reports that the White House will end the Deferred Action for Childhood Arrivals (DACA) program in six months, we urge President Trump and Members of Congress, specifically the Oklahoma delegation, to pursue legislation that strengthens the program or provides legal status for youth hoping for a brighter future.
At the heart of Catholic Social Teaching is the moral obligation to protect the life and dignity of every human being, particularly the most vulnerable, which includes our youth. These young people who are benefitting from DACA were brought to the United States by their parents whose desire was to provide their children with hope, opportunity and safety.
Catholic Bishops in the United States have long supported DACA, and they will continue to support it. While DACA provides no legal status or path to citizenship, it does provide recipients with a temporary reprieve from deportation and employment authorization for legal work opportunities in the United States. An estimated 800,000 young people in the United States have benefitted from the DACA program.
Through our parishes and through Catholic Charities of the Archdiocese of Oklahoma City and the Diocese ofTulsa & Eastern Oklahoma, we have had the privilege of meeting and working with these outstanding individuals, who are very much a part of who we are as an Oklahoma community. They are contributors to our economy, veterans of our military, academic standouts in our universities, seminarians, and leaders in our parishes.
Legislation that ensures these young people can continue to work, study, and be protected from deportation is important to the stability of our communities.
However, a decision to end this program, without a legislative fix such as the DREAM Act, would turn our nation’s back on immigrant youth who are seeking to reach the fullness of their God-given potential and to fulfill the promise of gratefully giving back to the only country most have ever known. Such a decision would place DACA youth at risk of deportation from the United States.
The administration has an extraordinary opportunity to demonstrate, both now and to future generations, our nation’s spirit of generosity and compassion. We hope and pray President Trump and Congress can transcend the partisan rancor to strengthen the DACA program or provide legal status for thousands of Oklahoma youth, and hundreds of thousands of young people in our nation.
Sincerely,
Most Reverend Paul S. Coakley
Archbishop of Oklahoma City
Most Reverend David A. Konderla
Bishop of Tulsa & Eastern Oklahoma
Declaración Conjunta del Arzobispo Coakley y del Obispo Konderla Sobre la Posible Finalización del Programa DACA.
Los Obispos Católicos de Oklahoma instan a Trump a dejar DACA en su lugar; El Congreso debería moverse para proteger a los jóvenes inmigrantes.
OKLAHOMA CITY - Basado en informes de que la Casa Blanca terminará en seis meses el programa de Acción Diferida para Llegados en su Infancia (DACA), le pedimos al Presidente Trump y a los miembros del Congreso, específicamente a la delegación de Oklahoma, que desarrollen legislación para fortalecer el programa o para otorgarle estatus legal a los jóvenes que esperan por un futuro mejor.
En el corazón de la Doctrina Social Católica está la obligación moral de proteger la vida y la dignidad de cada ser humano, particularmente de los más vulnerables, que incluye a nuestra juventud. Estos jóvenes que se benefician de DACA fueron traídos a los Estados Unidos por sus padres cuyo deseo era proporcionarles a sus hijos con esperanza, oportunidades y mayor seguridad.
Los Obispos Católicos en los Estados Unidos han apoyado por mucho tiempo a DACA, y ellos continuarán apoyándolo. Si bien DACA no proporciona ningún estatus legal o camino a la ciudadanía, sí les proporciona a sus beneficiarios con un respiro temporal de la deportación y con la autorización de empleo para las diversas oportunidades de trabajo legal en los Estados Unidos. Se estima que 800,000 jóvenes en los Estados Unidos se han beneficiado del programa DACA.
A través de nuestras parroquias y a través de Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Oklahoma City y de la Diócesis de Tulsa y del Este de Oklahoma, hemos tenido el privilegio de reunirnos y trabajar con estos individuos sobresalientes, quienes forman parte de lo que somos como comunidad en Oklahoma. Son contribuyentes a nuestra economía, veteranos de nuestro ejército, destacados académicos en nuestras universidades, seminaristas y líderes en nuestras parroquias.
Legislación que garantiza que estos jóvenes puedan seguir trabajando, estudiando y protegiéndose de la deportación es importante para la estabilidad de nuestras comunidades.
Sin embargo, una decisión de ponerle fin a este programa, sin un arreglo legislativo como el Proyecto de Ley DREAM Act, es como si nuestra nación le estuviera dando la espalda a la juventud inmigrante que está tratando de alcanzar la plenitud de su potencial, dado a ellos por Dios, e impedirles el poder cumplir la promesa de expresar su agradecidamente a el único país que la mayoría de ellos han conocido. Tal decisión pondría a los jóvenes de DACA en riesgo de deportación de los Estados Unidos.
La administración tiene una oportunidad extraordinaria para demostrar, tanto ahora como a las generaciones futuras, el espíritu de generosidad y compasión de nuestra nación. Nuestra esperanza y nuestras oraciones son para que el Presidente Trump y el Congreso puedan trascender el rencor partidario para fortalecer el programa DACA o proporcionar estatus legal para miles de jóvenes de Oklahoma y cientos de miles de jóvenes en nuestra nación.
Sinceramente,
Reverendísimo Paul S. Coakley
Arzobispo de Oklahoma City
Reverendísimo David A. Konderla
Obispo de Tulsa y del Este de Oklahoma